¿Cuánto tiempo fue necesario para poner en marcha el proyecto del rodaje de tu primer largometraje, El ruido de los motores?
Empecé a pensar en la historia de El ruido de los motores alrededor de 2016, comencé con el borrador del guion en 2017 hasta llegar a su versión definitiva en febrero de 2018. Estuve realizando correcciones hasta el último día del rodaje en mayo de 2019.
La película estaba en postproducción cuando nos sorprendió la COVD y como todo se paralizó en ese momento, volví de nuevo a la sala de edición para realizar nuevos cambios. Tras ese largo proceso “Le bruit des moteurs” se estrenó en el Festival de cine de San Sebastián 2021.
El ruido de los motores tiene implícito un claro homenaje a tu lugar de nacimiento, Napierville. Una localidad pequeña que parece estar en medio de la nada. Tu historia parece nutrirse de un cierto amor/odio por este sitio. ¿Cómo se forja un cineasta en un lugar así?
No conocía a nadie en la industria del cine cuando crecí en Napierville. El cine era algo de otro mundo para mí. Por otro lado, conocí a muchos agricultores y mis padres eran dueños de una ferretería que los mantenía ocupados seis días a la semana. Recuerdo que me encantaba pasar tiempo con amigos en estos pequeños bosques detrás de mi casa. Creo que parte de mi imaginación sigue muy ligada a estos días de deambular con amigos por el bosque.
Dejaste el trabajo de guardia de aduanas tan pronto como pudiste. Pero, ¿es posible sobrevivir económicamente de hacer cine en Québec? ¿Puede un cineasta dedicarse a tiempo completo a crear su cine?
La producción cinematográfica en Canadá está financiada financieramente por el gobierno y algunos cineastas muy talentosos se ganan la vida con ello. Se necesita mucho tiempo para escribir y dirigir una película y cualquiera que quiera tomarlo en serio debe invertir todo su tiempo. De momento, no me gano la vida con el cine y tengo la sensación de que se avecinan tiempos difíciles, pero estoy preparado para resistirlo, ya que hacer películas es todo lo que me importa
También hay un claro homenaje al director quebequense Andre Fourcier en El ruido de los motores ¿Recomendaría la obra de este cineasta al público español para descubrir el cine quebequense? Si atrajera a un amigo español al cine quebequense, ¿qué películas le recomendaría?
André Forcier tiene algunas de las mejores líneas de diálogo y lo recomendaría a cualquiera que busque una de las experiencias líricas más inspiradoras del cine. Forcier dirige películas desde los años 70 y su último trabajo se estrenó en 2019.
En cuanto a mis películas favoritas nombraría las siguientes, “Bar Salon”, “L'eau chaude, l'eau frette”, “Au clair de la lune”, “Le vent du Wyoming” y “Je me souviens”.
En este, tu primer largo, hay un claro sentimiento quebequense reflejado en la forma en que Alexandre habla de sus antepasados. Podríamos decir que los cineastas quebequenses comparten esta identidad en sus obras. ¿Existe un sentido de identidad reconocible en el cine quebequense?
Ser una de las pocas comunidades que hablan francés en América del Norte siempre está presente en la mente de cualquier residente de “La belle province”. La identidad cultural de los quebequenses está fuertemente ligada a nuestro pasado, ya que el idioma que hablamos en nuestra vida cotidiana nos sigue recordando nuestro trasfondo histórico.
¿Puedes adelantarnos algo sobre tus futuros proyectos?
¡Ha sido un viaje loco desde el estreno de la película en San Sebastián, durante el pasado mes de septiembre! El ruido de los motores se ha mostrado en 20 festivales de cine y ya he asistido a festivales en Canadá, Colombia, Francia, Alemania, Italia. Casi no he tenido tiempo para concentrarme en mi próximo largometraje, pero he tomado algunas notas, aquí y allá, y finalmente tendré algo de tiempo en los próximos meses para escribir mi próximo largometraje
Desde España, te deseamos el mayor de los éxitos durante su estreno en salas de cine españolas y estaremos expectantes antes tus próximos trabajos. Bonne chance!
??Programación completa y entradas disponibles aquí