Crítica del documental "Errantes sin retorno" por Chusé Inazio Felices para El cine en la sombra

EL PROYECTO

Fue después de una impactante publicación en Facebook, en febrero de 2018 por parte del fotógrafo documentalista Renaud Philippe, que se dieron cuenta de la magnitud de esta crisis humanitaria que apenas había recibido cobertura mediática. Pensaron entonces en hacer esta película con el objetivo de alertar al público de la tragedia de los Rohingyá en el exilio. Y así, lo que comenzó como un cortometraje se convirtió rápidamente en un proyecto de largometraje documental.

La filmación de la película ha sido posible gracias a las personas que generosamente contribuyeron a una campaña de micromecenazgo y también al apoyo y financiación del MELS FUND, el Consejo de Artes y Letras de Quebec y el Consejo Canadiense de las Artes. Canada goza de gran prestigio entre los cinéfilos, pues sabemos que sus producciones alcanzan un elevado nivel de calidad técnica.

Sus directores y productores, Olivier Higgins y Mélanie Carrier, nacidos en Quebec (Canadá), son biólogos de formación. Cuentan con experiencia previa en el trabajo con el vídeo cuando hicieron en 2007 el documental Asiemut, que narraba su viaje en bicicleta de 8.000 km desde Mongolia a la India. Esta película ganó 36 premios en el extranjero, se distribuyó en 40 países y se emitió en varias cadenas de televisión, incluyendo ARTE, RAI, VIAJAR, Al Jazeera, etc.

En 2010, fundan MÖ FILMS, una productora independiente dedicada al cine documental, cuyo objetivo es contribuir a los debates y desafíos sociales de nuestro tiempo. Su segunda película, Encounters, seleccionada por la Nacional Geographic Society, ganó varios premios en el extranjero, y su cortometraje satírico de temática medioambiental Ice Philosophy, se presentó en numerosos festivales. Su largometraje documental Québékoisie, examina la relación entre los quebequenses y las Naciones Originarias. Fue nominado a un premio Jutra y entre otros ganó el premio «Obra del año» del Consejo de las Artes de Quebec.

Tras estos trabajos previos, se embarcaron en el largometraje documental Errantes sin retorno, que examina la crisis de los refugiados Rohingyá en Bangladesh. Junto con esta última película, produjeron y diseñaron una exposición multidisciplinar, incluyendo las obras de varios artistas, en el Museo Nacional de Bellas Artes de Quebec.

Su idea inicial era hacer un film envolvente, que fuera más allá del documento informativo. Hacer sentir al espectador la vida cotidiana en el campo de refugiados más grande del mundo, donde más de 700.000 personas viven en una apretada zona de 13 km². Y esto lo consiguen sobradamente, aunque haya sido a costa de que la parte informativa haya desaparecido por completo. El documental se limita así, a una denuncia de la situación.

Fue precisamente el fotógrafo Renaud Philippe, quien conoció a Kala Miya (Kalam) en febrero de 2018 durante su primera estancia en el campo. Su trabajo como traductor y sonidista, fue determinante. Su historia personal y la poesía que escribía era tan significativa y universal, que pensaron convertirla en el hilo conductor de la película. Dándole así un enfoque onírico y poético como una forma de hacer justicia a los refugiados del campo. Nacido en el estado de Arakan, en el oeste de Myanmar en 2012, huyó de su país de nacimiento debido a la violencia contra la comunidad Rohingyá y buscó refugio en la India. Vive en el campo de refugiados de Kutupalong en Bangladesh desde 2018. Su poesía, escrita en el campo de refugiados más grande del mundo, se convirtió así en el hilo narrativo de la película. Sus poemas también son parte de la exposición multidisciplinar Errantes sin retorno en el Museo Nacional de Bellas Artes de Quebec Artes (MNBAQ).

Tras el rodaje en el campo de Kutupalong en octubre de 2018, tomaron contacto por primera vez con la pequeña comunidad Rohingyá en Quebec, su ciudad natal. Conocieron a Mohammed Shofi que había vivido durante casi 18 años en el campo de Kutupalong. Se convirtió en su aliado y amigo, y comenzó el largo trabajo de traducción. También se convirtió en el narrador de la película, con su voz suave y tranquila relatando la historia de Kalam.

EL PROYECTO

Fue después de una impactante publicación en Facebook, en febrero de 2018 por parte del fotógrafo documentalista Renaud Philippe, que se dieron cuenta de la magnitud de esta crisis humanitaria que apenas había recibido cobertura mediática. Pensaron entonces en hacer esta película con el objetivo de alertar al público de la tragedia de los Rohingyá en el exilio. Y así, lo que comenzó como un cortometraje se convirtió rápidamente en un proyecto de largometraje documental.

La filmación de la película ha sido posible gracias a las personas que generosamente contribuyeron a una campaña de micromecenazgo y también al apoyo y financiación del MELS FUND, el Consejo de Artes y Letras de Quebec y el Consejo Canadiense de las Artes. Canada goza de gran prestigio entre los cinéfilos, pues sabemos que sus producciones alcanzan un elevado nivel de calidad técnica.

Sus directores y productores, Olivier Higgins y Mélanie Carrier, nacidos en Quebec (Canadá), son biólogos de formación. Cuentan con experiencia previa en el trabajo con el vídeo cuando hicieron en 2007 el documental Asiemut, que narraba su viaje en bicicleta de 8.000 km desde Mongolia a la India. Esta película ganó 36 premios en el extranjero, se distribuyó en 40 países y se emitió en varias cadenas de televisión, incluyendo ARTE, RAI, VIAJAR, Al Jazeera, etc.

En 2010, fundan MÖ FILMS, una productora independiente dedicada al cine documental, cuyo objetivo es contribuir a los debates y desafíos sociales de nuestro tiempo. Su segunda película, Encounters, seleccionada por la Nacional Geographic Society, ganó varios premios en el extranjero, y su cortometraje satírico de temática medioambiental Ice Philosophy, se presentó en numerosos festivales. Su largometraje documental Québékoisie, examina la relación entre los quebequenses y las Naciones Originarias. Fue nominado a un premio Jutra y entre otros ganó el premio «Obra del año» del Consejo de las Artes de Quebec.

Tras estos trabajos previos, se embarcaron en el largometraje documental Errantes sin retorno, que examina la crisis de los refugiados Rohingyá en Bangladesh. Junto con esta última película, produjeron y diseñaron una exposición multidisciplinar, incluyendo las obras de varios artistas, en el Museo Nacional de Bellas Artes de Quebec.

Su idea inicial era hacer un film envolvente, que fuera más allá del documento informativo. Hacer sentir al espectador la vida cotidiana en el campo de refugiados más grande del mundo, donde más de 700.000 personas viven en una apretada zona de 13 km². Y esto lo consiguen sobradamente, aunque haya sido a costa de que la parte informativa haya desaparecido por completo. El documental se limita así, a una denuncia de la situación.

Fue precisamente el fotógrafo Renaud Philippe, quien conoció a Kala Miya (Kalam) en febrero de 2018 durante su primera estancia en el campo. Su trabajo como traductor y sonidista, fue determinante. Su historia personal y la poesía que escribía era tan significativa y universal, que pensaron convertirla en el hilo conductor de la película. Dándole así un enfoque onírico y poético como una forma de hacer justicia a los refugiados del campo. Nacido en el estado de Arakan, en el oeste de Myanmar en 2012, huyó de su país de nacimiento debido a la violencia contra la comunidad Rohingyá y buscó refugio en la India. Vive en el campo de refugiados de Kutupalong en Bangladesh desde 2018. Su poesía, escrita en el campo de refugiados más grande del mundo, se convirtió así en el hilo narrativo de la película. Sus poemas también son parte de la exposición multidisciplinar Errantes sin retorno en el Museo Nacional de Bellas Artes de Quebec Artes (MNBAQ).

Tras el rodaje en el campo de Kutupalong en octubre de 2018, tomaron contacto por primera vez con la pequeña comunidad Rohingyá en Quebec, su ciudad natal. Conocieron a Mohammed Shofi que había vivido durante casi 18 años en el campo de Kutupalong. Se convirtió en su aliado y amigo, y comenzó el largo trabajo de traducción. También se convirtió en el narrador de la película, con su voz suave y tranquila relatando la historia de Kalam.

CONCLUSIÓN

Así pues, vemos como viven, van a la escuela, juegan repetidamente al futbol sobre el barro, recuerdan su anterior vida en Birmania/Myanmar, como se distribuye la comida o arreglan sus casas… y todo ello con una excepcional fotografía, dejando testimonio de la terrible crisis humanitaria, que hasta ahora había sido en gran parte ignorada por los medios de comunicación. En este aspecto el documento cumple con su objetivo.

Pero si alguien espera conocer cual es la historia del pueblo Rohingyá, cual es su procedencia y como se situaron en Birmania, si han huido de diferentes ciudades por todo el país o solo de una zona determinada, como llegaron a Bengala, quien se encarga del mantenimiento del campo de refugiados, como empezó el conflicto, si ha sido la primera vez que ha sucedido esto, etc, etc, desgraciadamente se quedará sin respuestas, pues todas estas interesantes cuestiones sobre su pasado y su presente no se mencionan, ni siquiera de pasada a lo largo de la hora y media que dura, lo que es una verdadera pena siendo además que estamos hablando de un documental, que por ello se prestaba para dedicarle algo de tiempo a su pasado e historia.

En definitiva, un buen documental en el aspecto técnico y humano, testimonio de su terrible situación actual, con una magnifica fotografía pero que se queda corto para los que pensaban que tras su visión podrían conocer mejor a los Rohingyá y su historia.

Crítica por Chusé Inazio Felices para El cine en la sombra disponible AQUÍ